domingo, 18 de octubre de 2009
Le interesó a los cuarenta
Pocos asistieron. En realidad muy pocos porque fue un Foro preparado con la convicción de que una Ley de Comunicación le interesaba a todos los periodistas.
Sí le interesó mucho a las cuarenta personas que en el Salón de la Casa de la Cultura Núcleo de Esmeraldas escucharon, interrogaron y opinaron sobre los proyectos con los que se intenta “regular”, dicen unos, “controlar” dicen otros, a los medios de comunicación y a los comunicadores del país.
Como si se tratara de una selección de participantes, al Foro lo nutrieron las discrepancias y el respeto, las inquietudes y la experiencia, la modernidad y las tradiciones.
El joven corresponsal de Ecuavisa, preocupado por la integridad física de los periodistas, quería saber cómo o dónde se le garantiza una protección especial. La respuesta vino del autor de “50 años de periodismo vivo”, Carlos Ojeda San Martín; dijo que, lamentablemente, aun no se inventa un traje blindado para los periodistas.
Otro comunicador con más recorrido en instituciones y medios habló sobre un pronunciamiento de los gremios periodísticos y de las universidades para defender los artículos que expresan la necesidad de que el oficio sea ejercido solo por profesionales con título académico.
Los mejores aplausos se los ganó César Hernández Pazmiño, abogado y comunicador, que como panelista acertó con el requerimiento de todos, al decir que “No se puede permitir que una Ley violente, limite o impida el libre ejercicio profesional, mostrándose como una cuestión coyuntural que solo le facilita las cosas a un gobierno”.
Su refuerzo fue Vicente Riofrío, periodista de 70 años de edad, al puntualizar que hay que corregir los viejos vicios de la profesión pero no se puede permitir que se atente la libertad de expresión.
Después hubo solo miradas cuando se evocó a quien fue un maestro, a Gustavo Becerra, cuyo mérito es no haber adulado, peor al poder y a los poderosos.
Es el inicio, se dijo al final. Este primer encuentro dio la invitación para una próxima vez, con la sugerencia de que, ojalá, ya no sean solo los cuarenta.
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GRACIAS POR EXPRESARTE ASI DE MI, PERO TU SABES QUE LO QUE SE HACE ES POR EL BIEN TODOS LOS PERIODISTAS.
ResponderEliminarLamento no haber asistido porque, precisamente, en el Diario donde trabajo estoy a cargo de las estrategias para estudiar los proyectos de Ley y el viernes y el sábado tuvimos reuniones urgentes con algunos representantes legislativos y asesores, y es muy fuerte y preocupante.
ResponderEliminarAdemás de eso, me resulta desolador enterarme que lo que ha ocurrido en Esmeraldas también está sucediendo en otras muchas ciudades del país.
Concluyo con algo temerario, pero real: a la mayoría de periodistas parece no importarnos la libertad. Porque eso es lo que está en juego, la libertad, no solo la libertad de expresión ni de prensa.