lunes, 26 de marzo de 2012

Santiago Quintero: “Alcanzarse a sí mismo, esa es la meta más importante”




Ver la fotografía de sus pies amputados es sin duda la parte más impactante del relato de Santiago Quintero,el joven montañista ecuatoriano, que a sus 32 años perdió la mitad de sus pies luego de sufrir congelaciones tras escalar la Pared Sur del Aconcagua en 30 horas y en solitario, lo que le dio el título del quinto mejor escalador del mundo.
Este hecho cambiaría la vida del deportista para siempre porque, desde entonces, empezó una lucha consigo mismo que lo llevó a nunca abandonar sus sueños. El cambio de Santiago vino desde adentro hacia afuera, según él mismo sostiene.
“Fue necesario sanar miedos y frustraciones, vencer las creencias y paradigmas de lo imposible” y ese es el ejemplo de vida que trasmite en sus conferencias de motivación, actividad a la que actualmente se dedica, sin abandonar sus entrenamientos.
En su charla se puede ver una secuencia de imágenes que cuentan la historia de su vida, marcada por valores como la amistad, al amor y la ética.
Después de la operación que le dejó sin sus dedos de los pies decidió que tenía que volver a escalar y volvió a las montañas, aun en contra de todo pronóstico médico que lo dejaba imposibilitado de caminar. Y comenzó junto con su pareja, Claudia Echeverri, a buscar “la solución a su problema” y lograr su meta: alcanzar los 8.611 metros del K2, considerada la segunda montaña más alta del mundo, ubicada en Pakistan.
Tras reunir 25 mil dólares con una cruzada que organizó para con esos fondos someterse a una intervención quirúrgica y lograr sanar bien las heridas de sus pies y calmar el dolor que aun sentía en sus extremidades, buscó en varios países como España, Suecia, Colombia y otros, la prótesis ideal para sus pies, hasta que por fin se cumplió lo que él llama un milagro.
El doctor Wiston Ovallos, venezolano, consiguió el milagro. Es quien elabora de forma manual sus prótesis que hasta la actualidad utiliza, las que deben ser reemplazadas cada tres meses con sus entrenamientos.
Santiago ha vuelto a escalar reiteradamente y cumplió parte de su sueño al llegar a los 8.400 metros del K2. “Ahora voy por esos doscientos metros que me faltaron, volveré a escalar en junio”.
Su ejemplo de tenacidad, perseverancia, pasión por las montañas, lo ha convertido en uno de los ecuatorianos y deportistas más importantes de nuestro país, pero al verlo y hablar con él, es fácil descubrir al ser espiritual, feliz y lleno de bondad que es. Y este es su mensaje al final de la charla: “Nunca abandonen sus sueños, sino son felices con lo que hacen busquen cuando eran niños que era lo que más les gustaba y luchen por ello”.
Su sitio oficial

jueves, 15 de marzo de 2012

La marimba esmeraldeña



La música tradicional afroesmeraldeña se constituyó sobre la base de un equipo instrumental de origen claramente africano. Instrumentos de percusión y sonajeros: la marimba, el bombo, el cununo, el guasá, las maracas deben haber formado parte de la cultura material de algunas de las tribus originarias de la población negra que convergió en Esmeraldas. En su nuevo hábitat, los primeros negros llegados a esta región reelaboraron, con nuevos materiales, sus instrumentos, y reeditaron sus cantos y sus bailes, con aportes de diversas etnias tribales y en consonancia con las nuevas situaciones históricas por las que debieron atravesar.
La marimba esmeraldeña guarda notable similitud con una serie de xilófonos que se encuentran entre algunas tribus africanas, en especial con el rongo, instrumento utilizado por los dogos pero cuyo origen se encontraría en la tribu de los woro (Giorgi, 1978). Ambos instrumentos muestran idéntica estructura y sus diferencias consisten principalmente en sus respectivos tamaños y en los materiales utilizados: el rongo es de menor longitud y tiene menos teclas que la marimba esmeraldeñas y, por otra parte, las calabazas ahuecadas de aquel son reemplazadas en ésta por ‘tarros’ de caña guadúa, desempeñando ambos elementos la función de cajas de resonancia.
La ejecución del rongo es realizada por un músico único, el que maneja dos tacos de cada mano logrando dar simultáneamente cuatro sonidos. La marimba esmeraldeña es interpretada a la vez por dos ejecutantes cada uno de los cuales utiliza un par de tacos, obteniéndose igualmente cuatro sonidos simultáneos. Los restantes instrumentos típicamente esmeraldeños tienen también un sinnúmero de referentes africanos. Sólo por citar un ejemplo, entre los mismos ndogos se utiliza un tambor oblongo (ibid), muy simular al cununo. Del mismo modo, antecedentes africanos del bombo, del guasá y de las maracas se encuentran a través de todo el continente negro.
Las formas musicales propias de la música tradicional esmeraldeña sugieren también las raíces africanas. Su riqueza rítmica, lograda mediante la ejecución de instrumentos de percusión, así como también la estructura de la composición coral, que es un juego de propuestas, respuestas, y repeticiones, refuerza la naturaleza rítmica de los temas, son características cuya procedencia no admite mayor duda. Con el fundamento de los instrumentos señalados, de formas musicales y de elementos coreográficos africanos, el negro esmeraldeño creó sus propias manifestaciones.
Surgieron básicamente dos grandes géneros de expresión musical: la música de marimba, de carácter profano, y las canciones, principalmente ‘arrullos’ de contenido religioso.