miércoles, 20 de mayo de 2009

¡Qué bonito suena!….. Objetivos, veraz e imparciales

Tras las elecciones políticas generales, es común escuchar y leer a diario como los periodistas y medios de comunicación de nuestra provincia se esmeran por hacer creer a la gente que son Objetivos, veraces e imparciales. ¿Por qué será?
Se ha hecho una necesidad decirlo y más urgente demostrarlo.
Si nos hacemos varias preguntas, veremos que estamos limitados. ¿Qué motiva nuestro trabajo periodístico, las ideas o los conceptos? Desde el lugar donde desempeñamos nuestro oficio: instituciones o empresas, radios, canales de televisión o diarios, ¿intentamos, en el día a día, renovar nuestras acciones apegándolas más a la realidad actual de la era tecnológica, de la información y el conocimiento?
Periodismo es una profesión en permanente construcción, como lo es la sociedad. Hoy, como hemos leído frecuentemente, lo único permanente frente al futuro es el cambio y todos los días hay mucho que aprender de mucha gente.
Formamos parte de un mundo en desarrollo que nos exige rompimiento, cambio y novedad en el lenguaje y el modo de hacer las cosas. La forma de comunicarnos y los conceptos que poseíamos han cambiado completamente; la forma de acercarnos al público, es otra.
El desafío es aprender a aprender, escuchando más, legitimando nuestra voluntad de ser mejores para sí mismo y para los demás. Los caminos que nos trajeron hasta aquí no serán los mismos que nos podrán conducir de ahora en adelante.
La comunicación juega un papel determinante para dar respuesta y solución a los problemas de la sociedad, pero ¿cuán útil está siendo nuestro trabajo a la comunidad? Se debe buscar la participación de todos los actores, siempre tienen algo que decir.
La ética periodística no se limita a ser “objetivos, veraz e imparciales” como tanto propagan los medios de comunicación y varios periodistas que se quedaron inmóviles en los conceptos del siglo pasado, hoy entendemos como ética la integración del periodista en la comunidad, su acercamiento a los seres humanos más que al hecho en sí, con la convicción de ir a detectar y atender las necesidades colectivas. Es decir hacer un trabajo más honesto, humano y profesional.
El periodista del siglo XXI es un ser social, planificador, equilibrado, pluralista, creativo y ético, que responde a un público muy diferente al del siglo pasado. Un público que tiene múltiples necesidades informativas pero así mismo abundante información; con una mejor visión del mundo, que sabe discernir, que es cuestionador y que participa activamente en los espacios mediáticos y de comunicación, que cada vez se muestran más abiertos e incluyentes como es el caso del internet y las redes sociales.
Entonces, responder a las exigencias de la modernidad y hacer un trabajo honesto es el reto del profesional de la comunicación. Hacer que su labor diaria no se aleje de las urgencias y demandas de la gente común, de las mayorías. Pensar y actuar como un verdadero periodista social.

jueves, 7 de mayo de 2009

POR LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

La campaña de este año no solo nos dejará resultados electorales, sino también resultados mediáticos. En Esmeraldas, este corto periodo ha permitido al ciudadano ubicar a los medios de comunicación. El sitial que el público da a cada medio es en consideración al manejo periodístico que dio al tema político.
Es la percepción de la gente. Ayer un taxista me dijo que, para él, los principales actores en el reciente proceso electoral no habían sido los candidatos, sino los medios de comunicación y los periodistas.
Por la noche, en un programa de televisión local que abordó el tema de la Libertad de Expresión, en sus llamadas telefónicas los ciudadanos pidieron, reiteradamente, a los periodistas ejercer su profesión con responsabilidad y ética.
Críticas de la gente. De aquellas personas que opinan lejos de simpatías partidistas, solo como lectores, televidentes u oyentes que se muestran defensores de la Libertad de Expresión, pero ejercida con respeto, desde su sentido pluralista y constructivo.
Es con la autoevaluación diaria que puede el periodista mejorar su trabajo. Nadie nos va a callar, solo nosotros mismos.