martes, 31 de agosto de 2010

A la escuela solo se llega en canoa



Elsa Mera. Redacción Esmeraldas
emera@elcomercio.com
Esmeraldas | martes 31/08/2010

De pie sobre una estrecha canoa de madera, las hermanas Lorena y Betty Martínez Pianchiche se trasladan a su escuela aguas abajo del río Cayapas.

A las 06:45 de un miércoles de agosto, con un canalete entre sus manos, suben a la embarcación rústica de 5 metros de largo por 40 centímetros de ancho.

Lorena y Betty parten desde la escalinata del recinto El Encanto, en la parroquia Atahualpa, en el cantón Eloy Alfaro, norte de Esmeraldas. Otros 10 estudiantes también están listos para iniciar su recorrido por el afluente.

Ellos reciben clases en la Unidad Educativa Fiscomisional Santa María de los Cayapas, en la comunidad del mismo nombre, que está a 25 minutos en canoa. Es la única forma de transporte que tienen los niños de esta localidad esmeraldeña para ir a clases. No hay vías terrestres.

Coordinan cada uno de sus movimientos y se mantienen erguidos y sin moverse sobre las canoas, que parecen hechas a su medida. Una a una se van alineando en el afluente. En el ancho de la embarcación apenas hay espacio para poner los pies.

Por un brazo del extenso y caudaloso río Cayapas, se observa a decenas de niños y jóvenes que se desplazan en las pequeñas naves. Lo hacen todos los días .

Se distinguen del resto de navegantes por su uniforme de camisa o blusa de color blanco y falda o pantalón caqui.

El grupo de alumnos pertenece a la etnia chachi. Las niñas lucen una larga cabellera negra y lacia. Los varones llevan el cabello perfectamente recortado. Lorena tiene 15años y está en el octavo año de educación básica; Betty, con quien comparte la canoa para ir a la escuela, cumplió los 10 y cursa el quinto año escolar.

En el trayecto esquivan las ramas de los grandes arbustos que hay en la ribera y los troncos secos varados en el agua que han sido desechados por las empresas madereras que talan el bosque. En ocasiones hacen maniobras para no hundirse.

Llevan sus cuadernos y libros dentro de un bolso (no son mochilas) que cuelgan en sus hombros. Reman en silencio, nadie conversa, solo se cruzan las miradas. No está permitido distraerse ni por un instante. Así de forma aleatoria avanzan por el río, flanqueado por grandes árboles.

A las 07:10 llegan a la comunidad Santa María de los Cayapas, donde está la escuela y el colegio que tienen el mismo nombre. Dejan, de manera ordenada, sus pequeñas embarcaciones ancladas en la escalinata.

La imagen de la Virgen María les da la bienvenida en este pueblo de 700 habitantes, que pertenece a la parroquia Atahualpa, del cantón Eloy Alfaro.

A la entrada de la escuela se ve el escudo, un símbolo de trabajo y el esfuerzo para la comunidad. Dos manos, una de color canela y otra de color negro, sostienen un bastón de mando sobre la cabeza de un tigre.

Al igual que la unidad educativa, las casas -en su mayoría- se han construido sobre la loma, en donde no son alcanzadas por la corriente del río Cayapas, que en cada invierno se desborda inundando las partes bajas.

Detrás de los alumnos de la comunidad chachi El Encanto llegan más niños en canoas de otros poblados aledaños.

Los hermanos Argel, de 11 años; Byron, de 10; y Jackson Ayoví Nazareno, de 8 años viven en el recinto Zapallito, aguas arriba del Cayapas, un poco más distante de El Encanto. Ellos pertenecen a la etnia de los negros.

Sonríen amablemente mostrando su blanca dentadura.

Con ellos son alrededor de 70 alumnos que se trasladan en canoa, según Fausto Caicedo, rector de la Unidad Educativa, que fue fundada por la Misión Católica el 15 de agosto de 1961.

En la actualidad continúa siendo administrada por el Vicariato Apostólico de Esmeraldas.

En esa escuela se educan 270 niños, niñas y adolescentes. Vienen de varios recintos asentados a lo largo del río, entre los que están Camarones, Rampidal, Trinidad, Zapallito, Bellavista y de la parroquia San José.

Santa María de los Cayapas y sus alrededores son el territorio donde conviven negros y chachis, dos etnias que hasta hace cuatro décadas mantenían conflictos por sus diferencias culturales.

Hoy no solo comparten los salones de clases, también luchan juntos por desterrar el analfabetismo y la pobreza, enviando a sus hijos a esta escuela, que es un referente en la zona.

En las comunidades de otras parroquias de Eloy Alfaro, por donde cruzan los ríos Ónzole y Santiago, los niños también viajan en canoa para ir a estudiar.

Desde Borbón
El transporte fluvial es el único medio de acceso a las comunidades asentadas a lo largo del río Cayapas.
A la comunidad Santa María de los Cayapas se llega en lancha con motor, que parte desde el muelle de Borbón. El trayecto es de 2 horas con 30 minutos.
Existe un proyecto para la construcción de una vía carrozable desde Santa María hasta la parroquia Selva Alegre. Son 15 kilómetros, que facilitará la salida al cantón San Lorenzo y a la ciudad Esmeraldas.

lunes, 30 de agosto de 2010

Las notas periodísticas merecedoras del primero y segundo lugar en el concurso sobre prevención de riesgos

Las mujeres lideran la prevención en El Arenal
Autor: Elsa Mera

ESMERALDAS
Las amas de casa del barrio, ubicado en las orillas del río Esmeraldas, fueron capacitadas.

Las tres falsas alarmas de tsunami que se dieron la semana pasada en Esmeraldas, no alteraron a los habitantes del barrio El Arenal. Las mujeres del sector se limitaron a observar que los pobladores de las zonas cercanas corrían con maletas.“Estamos preparados para actuar frente a los eventos naturales. Sabemos que hay que escuchar una sirena y seguir a los marinos hacia los sitios seguros”, explica Cecilia Berduga, vecina.

El Arenal está ubicado en la ribera del río Esmeraldas, junto al destacamento de la Armada. El asentamiento se levantó sobre un relleno, por eso es considerado vulnerable ante un tsunami.

En este sector y en los barrios vecinos, Bellavista Norte y Nueva Esperanza Norte, se capacita a los pobladores en prevención de riesgos. La organización de ayuda humanitaria Oxfam, con financiamiento de la Comunidad Europea, ejecuta el proyecto desde agosto del 2009.

El proceso es liderado por las mujeres, en su mayoría amas de casa. En El Arenal se han conformado cuatro brigadas de respuesta: incendio, evacuación, primeros auxilios y comunicación.

Los integrantes se reúnen todos los miércoles y para inicios del próximo mes esperan realizar un nuevo simulacro.

En los próximos días, los técnicos iniciarán con la instalación de señalética en las rutas de evacuación establecidas. Además, determinarán sitios seguros y distribuirán material informativo. Se colocarán, al menos, dos sirenas de alto impacto.

“Después de escuchar la alarma, nosotros debemos avanzar por la calle Plinio Palominio y encontrarnos todos en la Catedral Cristo Rey”, comenta Cecilia Berduga, otra vecina del barrio.

Elba Chasing tiene claro lo que tiene que hacer si hay un desastre natural. “Lo primero es ayudar a salir de las casas a los niños y a las personas con capacidades especiales. Ellos tienen prioridad”.

En el barrio El Arenal, el 80% de los miembros de las 336 familias no tiene empleo fijo. Hay 112 casas, todas levantadas sin la adecuada dirección técnica.

La vulnerabilidad
Esmeraldas es la provincia más afectada y más vulnerable frente a las alteraciones del mar. Un ejemplo son los aguajes que se han registrado desde noviembre del año pasado.

En los cantones Muisne y Rioverde, la gente pide que se organicen talleres de capacitación, para saber qué hacer en caso de que haya un tsunami o un sismo.

Las autoridades provinciales piden USD 50 millones para obras de prevención.


Dos comunas viven bajo el riesgo
Autor: Washington Benalcázar
ESMERALDAS
En la parroquia Anchayacu y en el barrio Guacharaca, los vecinos están amenazados por la naturaleza. Hoy se celebra el Día de la Prevención de Riesgos.

María Bagüí señala con tristeza el sitio donde estaba ubicada su casa, que fue arrasada por el río Ónzole, en 1970. En abril de ese año, los habitantes de Anchayacu, en el norte de Esmeraldas, soportaron la furia de la naturaleza. “Tuvimos que salir nadando, mientras 22 viviendas se iban en el agua”, recuerda la mujer de 69 años.
A la parroquia se llega luego de navegar una hora en lancha por los ríos Cayapas y Ónzole, desde
Borbón. Allí, los vecinos se acostumbraron a vivir con las inundaciones.
Ítalo Camacho dice que en el invierno el agua ingresa al pueblo y sube hasta 4 m de altura.
Por esa razón, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) sugirió, hace 10 años, a las
autoridades de Esmeraldas, la reubicación del pueblo. Hoy se celebra el Día de la Prevención de
Riesgos por fenómenos naturales y la Secretaría de Gestión de Riesgos presentará el plan nacional.
Una de las propuestas que contiene el plan es la reducción de riesgos, a través del incremento
de la respuesta de las comunidades en peligro y la promoción de la cultura de prevención.
Bagüí aspira a que en ese documento esté contemplada la atención a su parroquia. La mayoría
de comunas del norte de Esmeraldas son vulnerables a las inundaciones, porque están rodeadas
por los ríos Cayapas, Ónzole, Santiago y Bogotá.
En esta zona, las organizaciones Intermon Oxfam y el Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio
(FEPP) ejecutan un proyecto de preparación comunitaria en poblaciones vulnerables a desastres,
financiado por la Comisión Europea. Desde hace dos años, los principales beneficiarios son
los habitantes de San Agustín, La Concordia y Bartolomé Ruiz.
En esta última población, William Castillo asegura que recibe capacitación para actuar en casos
deemergencia. Eso le ha permitido integrarse a las brigadas de salud y rescate, que son las encargadas de dar los primeros auxilios. Él aprendió a instalar albergues provisionales con ramas y plásticos. También letrinas. Los brigadistas de salud saben tomar la presión arterial, poner inyecciones, entablillar huesos fracturados...
Otros de los logros de la capacitación a los comuneros fue elaborar un mapa de riesgos.
Esmeraldas también está amenazada por los deslizamientos de tierra. El barrio La Guacharaca,
en el sur de la capital provincial, 100 familias corren el riesgo de ser tapadas por la tierra que se
desmorona de la loma Gatazo.
María Basán, una vecina del lugar, dice que para quienes viven en el sector, el tema de la prevención aún es una utopía. Recuerda que hace 11 años les ofrecieron trasladarles a un lugar
más seguro. “Pero hasta ahora seguimos aquí, en peligro y sin la esperanza
de salir”.

Punto de vista Mario Calderón/ Técnico en Prevención
‘Los medios deben apoyar más’
Una de las debilidades que se ha identificado es la poca importancia que las autoridades han
dado a las instituciones de socorro y a los medios de comunicación, como actores sociales relevantes en la reducción de riesgos.
La idea es que se sumen con un trabajo proactivo frente a la amenaza de los desastres.
Por esa razón, es importante incluir en la capacitación a comunicadores sociales de los sitios con
alta vulnerabilidad a desastres. La idea es que conozcan las amenazas en los propios lugares y sepan cómo contarlas. De esa manera, ese conocimiento puede llegar a más personas.
Es importante saber que cuando los técnicos dicen a la gente que no construya casas en laderas,
no hace caso. Si se lo dice a través de una radio tiene más fuerza.

miércoles, 25 de agosto de 2010

4 ganadores en el concurso de Comunicación Social en preparación ante el riesgo



El concurso de Comunicación Social en preparación ante desastres y reducción de riesgos, dirigido a periodistas de la provincia de Esmeraldas, ya tiene ganadores.
El Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio (Fepp) e Intermón Oxfam, que es una organización internacional, premiaron los 4 mejores trabajos relacionados con iniciativas de preparación comunitaria para la reducción de riesgos ante cualquier desastre.
El primer lugar en la premiación lo obtuvo Elsa Mera Bravo, corresponsal en Esmeraldas de diario El Comercio, con el tema “Las mujeres lideran la prevención en El Arenal”.
El segundo premio fue para Washington Benalcázar, periodista de diario El Comercio, en Ibarra. Su trabajo se basó en la situación de Dos comunidades que viven en alto riesgo.
Marco Coro, reportero de Radio La Voz de Su Amigo obtuvo el tercer lugar con el reportaje Peligro en los barrios por el invierno.
Y Carlos Hernández se hizo acreedor a un premio especial por una galería fotográfica titulada “El manglar muere en pie”.
Los ganadores fueron parte de una capacitación que se desarrolló en un periodo de seis meses, que posibilitó la formación de 20 comunicadores sociales de Esmeraldas como especialistas en el manejo de la información en temas de prevención y gestión de riesgos.
El seminario-taller fue uno de los componentes del Proyecto Preparación comunitaria en poblaciones vulnerables a desastres en zonas urbanas y rurales de la provincia de Esmeraldas y que se cumplió en el marco del VI Plan DIPECHO en América del Sur, financiado por la Comisión Europea.
El viernes 20 de agosto, en la misma ceremonia de premiación, se presentó los resultados del proyecto que benefició a cuatro barrios de la ciudad Esmeraldas y dos comunidades rurales de la provincia.

martes, 17 de agosto de 2010

Allá donde conviven negros y chachis…




Allá viví la noche más oscura y el más claro amanecer. Sentí el sol más cálido y la brisa más refrescante.
Allá donde conviven negros y chachis conocí enormes árboles y también vi de cerca como son talados por grandes empresas madereras que están detrás de los rostros humanos de la zona.
El lugar se llama Santa María de los Cayapas. Es una comunidad del norte de la provincia de Esmeraldas, a la que se llega solo por el río Cayapas.
Está habitada por dos etnias: los indígenas chachis y los negros. Son seres diferentes en su esencia, en sus costumbres y hasta en su apariencia, sin embargo son tan parecidos en la cotidianidad.
Comparten no solo el territorio, sino también la escuela, el colegio, el río, los caminos, las fiestas, el trabajo y las dificultades. Comparten, como verdaderos hermanos, sus vidas.
Sus vidas que están muy ligadas a la agricultura. Cultivan plátano, coco, cacao y yuca. Estos productos son la base de su alimentación.
El masato, por ejemplo, que es una bebida espesa que se prepara con plátano maduro y agua o leche, no falta en sus mesas.
Ver a los niños y niñas chachis y negros juntos en un aula de clases, es muy significativo. Hace cincuenta años esto no era posible.
Cuentan los habitantes de mayor edad, que había conflictos no solo por tierras, sino por antipatía y desconocimiento, entre sí, de sus bondades.
Juyungo, la obra insigne del escritor esmeraldeño, Adalberto Ortiz, refleja esta realidad. Su lectura nos transporta a un mundo multicolor, fantástico.
En la lengua chachi y por extensión mítica Juyungo, significa “diablo”
Ahora, es verdad que los negros y los chachis no permanecen juntos el día entero, algunos dicen que no se mezclan. Pero comparten y eso es innegable. Y hermoso.
Santa María de los Cayapas, es la conciliación de dos mundos distintos, pero iguales.

martes, 10 de agosto de 2010

El desarrollo se frenó en Esmeraldas

Redacción Esmeraldas
ecuador@elcomercio.com

Por las vías y las veredas de Esmeraldas la gente camina con cuidado para no tropezar o caer. Los choferes esquivan a cada momento los huecos de la calzada.

En la avenida Eloy Alfaro, a dos cuadras del centro de la ciudad, una vereda está a punto de desaparecer. El cemento está levantado y solo hay tierra. Esto ocurre frente al cementerio general.

Los vecinos del lugar comentaron que el estacionamiento continuo de los vehículos acabó con la vereda que tiene más de 10 años de haber sido construida.

“Por reiteradas ocasiones hemos solicitado al Municipio el arreglo de esta calle, pero no nos atiende”, dijo un joven que se negó a dar su nombre.

A 10 cuadras aparecen unos sumideros de aguas lluvia de las calles Pedro Vicente Maldonado y Ricaurte, que están deteriorados. El canal se ha convertido en un depósito de basura.

Este es el sector del denominado Centro Comercial La Barraca, donde hay alrededor de 400 comerciantes de ropa, calzado y otras mercaderías.

Frente a los negocios existe una pileta sin funcionar. Esta, al igual que otras cuatro ubicadas en distintos sectores, fue construida como parte de un proyecto de embellecimiento de la ciudad, que ejecutó el actual alcalde, Ernesto Estupiñán, del Movimiento Popular Democrático, en su primer período.

No se les dio el uso adecuado, han sido abandonadas y poco a poco se están deteriorando.

Antes, en el sitio donde está la pileta de La Barraca, en forma de triángulo, había un parque con el nombre de Luis Vargas Torres, el héroe de los esmeraldeños. Así lo hizo conocer una mujer de 70 años, que no da su nombre.

El alcalde Estupiñán cumple su tercer mandato. Su administración se inició en el 2002. En ese entonces, la ciudad, que tiene muchas lomas y está rodeada de los ríos Esmeraldas y Teaone, estaba llena de basura. El alcalde saliente fue Iván Iturburo, del Partido Roldosista Ecuatoriano.

En los primeros cuatro años, Estupiñán priorizó la limpieza de la ciudad, que tiene 130 000 habitantes. El basurero que quedaba en El Cabezón se trasladó a una vía alterna. Con la empresa privada se construyó un colector que encauzó las aguas residuales que llenaban de inmundicia.

Ahora se esperan obras de infraestructura que impulsen el turismo en la ciudad.

Carlos Acosta, presidente de la Cámara Provincial de Turismo, dice que la falta de planificación y de obras que mejoren el ornato conduce a que la ciudad sea rechazada como destino por visitantes nacionales y extranjeros.

“El deterioro de las vías es gravísimo. Se suma la excesiva venta ambulante como en la calle Bolívar, que está convertida en un nuevo mercado”.

Acosta no deja de mencionar al balneario Las Palmas, donde están las discotecas, bares, karaokes, restaurantes y puestos de comida. Por nueve años, Estupiñán ofreció ejecutar una obra de recuperación y remodelación. Henry Morejón, presidente de la Asociación de empresarios Las Palmas, dice que perdió la cuenta de los proyectos ofrecidos.

El más reciente lo expuso durante la campaña electoral del 2009. Incluía la construcción de un centro comercial en Las Palmas mediante la inversión de empresarios españoles. Solo se removió tierra y luego se descubrió que la empresa no existía.

“Esa ha sido una de las grandes mentiras de este señor en todos sus períodos como Alcalde”.

En barrios como San Martín y Esmeraldas Libre, la gente camina entre el polvo y el desorden. A sus calles el asfalto aún no llega. No hay signos de desarrollo.

Según el alcalde Estupiñán, su administración priorizó las obras de saneamiento, como la recolección de basura y alcantarillado donde se han invertido USD 25 millones. “Han sido 10 años para resolver lo que nunca se hizo, para sacar a esta ciudad de la imundicia”, dijo.

Menciona que está por iniciar proyectos para la recuperación de los espacios públicos. Dijo además que no se ha podido asfaltar las calles por falta de recursos. El Municipio de Esmeraldas recibe USD 13 millones para 200 000 habitantes. El mayor porcentaje está destinado a gastos corrientes.

“Estamos por iniciar el asfaltado de las calles principales gracias a un convenio con Petroecuador que nos entregará USD 3 millones en asfalto".

Las playas de Esmeraldas son las más visitadas en vacaciones

Redacción Esmeraldas
Con la celebración de los 190 años de independencia de Esmeraldas no termina la diversión en esta ciudad ni en los balnearios cercanos.
Ayer, el festejo del día culminó en la playa de Las Palmas. En las covachas y en las discotecas el ritmo de la salsa y del reggaetón contagió a los esmeraldeños y a los visitantes.
En este sitio, que está a cinco minutos del centro de la ciudad, también se pueden encontrar platos típicos y cocteles.
Tonsupa, balneario del cantón Atacames, tendrá una amplia oferta para el esparcimiento durante todo agosto, debido a la visita de turistas de las provincias de la Sierra que disfrutan de las vacaciones escolares.
En las noches la farra se inicia en los bares al aire libre, que se iluminan con luces de colores.
Los locales son adornados con frutas tropicales, que son utilizadas para elaborar las bebidas. Hay presentaciones de grupos musicales. Los asistentes los siguen durante horas a los artistas, quienes los acompañan hasta el cansancio. La diversión se extiende hasta las 02:00.

La gente recorrió los puentes en Esmeraldas

Redacción Esmeraldas
ecuador@elcomercio.com

El tema de conversación de decenas de esmeraldeños fue los puentes, una obra esperada durante 40 años. Estos cuatro puentes y las vías fueron levantados por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército y se entregaron ayer a la comunidad de Esmeraldas.

Armando Quiñónez llegó a Esmeraldas desde Quinindé solo para conocer los puentes y vías que se inauguraron ayer en la capital de la ‘Provincia Verde’.
El hombre, de 60 años, caminó bajo un intenso sol desde el sector El Cabezón hasta el puente principal de Tachina, durante 15 minutos.
“Esta era la obra que queríamos en esta provincia para disminuir los tiempos de la transportación”, dijo Beliciano Quiñónez, un vecino de la ciudad.
Luis Ramírez hablaba de su nuevo negocio. Está a punto de instalar un puesto de venta de artesanías, frutas y víveres en la isla Luis Vargas Torres, por donde pasan las vías. “Apreciamos este trabajo magnífico que nos trae fuentes de empleo”, comentó a los demás.
Eran las 13:00 y por las mismas vías totalmente señalizadas transitaban otras personas que por curiosidad o por recreación se habían desplazado desde los distintos barrios de la ciudad y desde los demás cantones.
Servio Jaramillo recorrió las nuevas vías y los puentes acompañado de su esposa, María Dolores, ambos no dejaban de expresar su emoción por lo que veían.
“Esto es realmente lindo, lo más esperado por todos quienes vivimos aquí. Es una obra que queda para la historia y ha embellecido nuestra ciudad”, dijo Jaramillo, quien vive en Esmeraldas hace 30 años, pero nació en Loja.
Esta pareja recorrió los puentes luego de haber presenciado el desfile cívico-militar que se realizó ayer en las calles del centro de la ciudad y cerró los festejos por los 190 años de independencia provincial.
Decenas de personas hicieron lo mismo después de ver a los estudiantes de los colegios que demostraron sus destrezas a su paso por la tribuna principal.
Hubo coreografías y presentación de la banda del Colegio Sagrado Corazón, que al ritmo de marimba interpretó temas musicales que hicieron bailar a la gente que estaba en las veredas.
El desfile terminó a las 12:20 con la tradicional parada militar, a cargo de los miembros de la Armada del Ecuador.
Y después comenzaron a ser utilizados los puentes y vías recién construidos. Pero solo se permitió el paso peatonal y de los vehículos que fueron parte de la organización de la inauguración oficial. Los esmeraldeños caminaron y estuvieron en la entrega de la obra.
Una tarima se instaló en el redondel, en el centro del proyecto vial. Eso obstaculizó la circulación vehicular.
También, desde las 06:00, en todas las vías hubo militares y policías que impidieron el paso normal de los carros.
Las fiestas de independencia de Esmeraldas se vivieron también en Rioverde, el lugar donde se dio el primer grito libertario el 5 de agosto de 1820.
En este cantón del norte de la provincia se realizó un desfile cívico con la participación de estudiantes de escuelas y colegios de las parroquias Palestina, Rocafuerte, Montalvo y Lagarto.

Puentes y vías transforman a Esmeraldas


Elsa Mera.
emera@elcomercio.com

Eduardo Lucio se entusiasma con su nuevo trabajo. Desde hace dos meses traslada pasajeros en una motocicleta desde la parroquia Tachina hasta el centro de la ciudad de Esmeraldas.
El recorrido lo hace en 10minutos por el puente principal sobre el estuario del río Esmeraldas y las vías de acceso construidas sobre las islas Prado Viteri y Luis Vargas Torres. Estas nuevas obras son parte del proyecto que construyó el Cuerpo de Ingenieros del Ejército. Y ahora posibilitan a Lucio y a otros 20 habitantes de Tachina, una parroquia rural, conseguir recursos para su hogar.
“No teníamos trabajo porque aquí hay pocas oportunidades de ocuparse en algo”, dice Lucio, mientras en la parada principal de Tachina espera que alguna persona pida que la lleve en su moto hasta Esmeraldas.
“Nuestros pasajeros son personas que vienen del norte de la provincia en bus y se bajan aquí para llegar más rápido a la ciudad”, cuenta Edwin Cheme, quien también es motociclista. Habla, además, de sus aspiraciones de fundar una asociación de tricimotos para poder legalizarse como transportista de pasajeros.
El puente que atraviesan Lucio y Cheme es de 434 metros de longitud y las vías son de cuatro carriles. La obra, que fue contratada en el 2007 por el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), incluye otros cuatro puentes y un sistema vial ubicado en el sector de El Cabezón.
La inversión total de este proyecto fue de USD 66 742 188 y el presidente de la República, Rafael Correa, lo inaugura hoy a las 15:00, a propósito de la celebración de los 190 años de independencia de la provincia.
El martes la obra ya fue recibida, de manera simbólica, por el Ministro de Defensa, Xavier Ponce, de manos del comandante del Ejército, Patricio Cárdenas.
Los nuevos puentes y vías también cambiaron la vida de los habitantes de las islas Pedro Viteri y Luis Vargas Torres, las cuales se conectan a la ciudad a través de los enormes puentes.
En estos sectores, la gente se dedica a cosechar frutas y a los sembríos de ciclo corto. Antes, para sacar los productos y venderlos en el mercado, debían atravesar caminos estrechos entre los matorrales y luego trasladarse en canoas hasta la ribera más cercana al centro de la ciudad.
“Ahora basta con salir a la carretera para tomar un vehículo y sacar el plátano, yuca, choclo y el mango o para ir a comprar lo que necesitamos”, dice Gabriela Caicedo. A Cipriano Estrada, en cambio, le causa temor y asombro la nueva obra. Dice que al igual que sus vecinos no estaban acostumbrados a ver pasar tantos vehículos cerca de sus viviendas.
“Hasta hace dos años esto era una montaña y solo nosotros conocíamos los caminitos para salir y ahora nos dan miedo los accidentes de tránsito y la inseguridad. De verdad que la vida nos cambió con estos puentes”.
Esta obra, que ha sido un anhelo de 40 años de los esmeraldeños, también ha modificado las rutas y los tiempos para trasladarse dentro y fuera de la ciudad de Esmeraldas. El intercambiador sur, que es un sistema vial ubicado en El Cabezón, distribuye el tráfico en todos los sentidos, lo cual descongestiona el tránsito, especialmente en el centro de la ciudad.
“Esta obra no solo descongestionará la ciudad sino que seguro nos traerá desarrollo”, comenta Tony Vilela.
Ahora hay varias alternativas para transitar. Para quienes se dirigen al norte, donde está la zona naval y portuaria, es conveniente ingresar por los puentes y así evitan atravesar las calles céntricas de la urbe. El trayecto es de apenas cinco minutos.
Mientras que los usuarios del aeropuerto de Tachina obtienen la ventaja de llegar en 10 minutos. Antes este viaje por la carretera de San Mateo tomaba entre 30 y 40 minutos, por tanto su costo en taxi bajó de USD 10 a 4.
Pero faltan otras cinco obras que espera ejecutar el Cuerpo de Ingenieros del Ejército para completar el proyecto. Solo espera la orden de trabajo del MTOP.
Una de ellas es la construcción de 2,5 kilómetros de vías desde el puente principal de Tachina hasta el aeropuerto.
Eduardo Lucio sigue llevando más pasajeros en su moto.
La sesión solemne
La sesión solemne por los 190 años de independencia de la provincia de Esmeraldas, que se celebran hoy, se realiza a las 16:00 en el Coliseo del Colegio Sagrado Corazón. El Municipio invitó al presidente Rafael Correa . Él delegó a Alexandra Ocles, secretaria de los Pueblos, pero ella se excusó de asistir al evento.
Las autoridades de Esmeraldas, como el alcalde Ernesto Estupiñán y la prefecta Lucía Sosa, no estarán en la inauguración de proyecto vial. No recibieron la invitación del Gobierno.
En el centro de la obra vial, sobre la isla Luis Vargas Torres, un redondel distribuye el tráfico.

El verde da la sazón esmeraldeña

Elsa Mera.
emera@elcomercio.com
GASTRONOMÍA. El plátano verde es el ingrediente infaltable en la gastronomía de los esmeraldeños. Los habitantes en estos días festejan los 190 años de independencia de la ‘Provincia Verde’.
Aquí se lo conoce simplemente como “verde” y se lo prepara de infinitas maneras como plato fuerte o para ser el acompañante de cualquier comida.
De la mezcla del plátano frito con pescado, carne de chancho o queso se hace el bolón de verde.
Por este plato, hasta las 12:00, se mantiene lleno el comedor Bolones y Picantería Bolívar.
Es el sitio preferido para desayunar de Ana Hurtado. “Estos bolones son deliciosos, hasta para llevar a casa son buenos”. A las 10:00 se servía en compañía de su hermana Eugenia Hurtado y su hija Ailin Gámez.
El encebollado se ha convertido también en un plato favorito para empezar el día. Los locales donde lo preparan se han multiplicado tanto en el sur (La Tolita y Codesa) como en el centro de la ciudad. Incluso hay unos al frente o al lado del otro.
Hasta las 11:00 las mesas permanecen ocupadas y además concurre mucha gente que pide el encebollado para llevar a sus casas o lugares de trabajo.
Los encebollados Emelec, de la Parada 7, a una cuadra del mercado central, son muy solicitados. Su propietario, Rodolfo Pachai, madruga para deleitar a sus clientes. Los sirve con abundante pescado y con chifles.
Una de las maneras de consumir el verde es como chifle. Se corta en láminas delgadas y se sumerge en una paila de aceite caliente. Sale crujiente.
En las tardes, el olor a verde frito y maní envuelve a los transeúntes de las calles céntricas de las ciudad. A partir de las 15:00 se instalan dos carretas para vender corviches en las esquinas del parque central 20 de Marzo.
El uno está en la calle Bolívar y 10 de Agosto, diagonal al edificio del Consejo Provincial, y el otro se ubica en las calles Sucre y 9 de Octubre. De una masa de verde rallado se forman los bocaditos que van rellenos de pescado sazonado y desmenuzado. El corviche se fríe en una paila muy caliente y se sirve con ensalada de col, cebolla y zanahoria. No falta la mayonesa.
Para almorzar, se prefieren los cebiches con patacones y arroz, y carne con arroz y menestra. Manuel Gracia dice que en su casa, al mediodía, sus tres hijas no pueden comer si no hay arroz y plátanos. “Incluso nos gusta cocinado nomás”.
La oferta gastronómica es muy diversa también en la noche. En el balneario Las Palmas, donde están los sitios para la diversión nocturna, hay diversos restaurantes. En Carbón y Leños se prepara una variedad de carnes y embutidos a la brasa. Las parrilladas son su especialidad, que se sirven acompañadas de arroz, menestra, patacones y ensalada.
El sitio siempre está lleno. Acuden familias, amigos y parejas.
Su propietaria, Lidia Espantoso, se siente orgullosa de cómo ha crecido su clientela en cinco años. “Primero abrimos un local en el centro y cada vez nos pedían más y más, por eso decidimos abrir aquí en Las Palmas, donde viene la gente a bailar”.
Este plato es ideal para empezar una noche de farra. En este local se atiende hasta las 22:00.
Ya en el malecón de Las Palmas se puede encontrar comida similar hasta en horas de la madrugada. Los Chuzos de Henry, por ejemplo, son muy apetecidos por quienes salen de las discotecas. La atención en el lugar comienza desde las 19:00.
Este plato está compuesto de carne asada ensartada en un palillo, ensalada y plátano frito. El chuzo es lo que en la Sierra se conoce como pincho.
Para quienes se retiran de este sector y buscan otra opción están los cebiches El Madrugador, aunque más popularmente se los conoce como los de la esquina de la 21 de Septiembre, porque allí se ubica una escuela con ese nombre. En esa vereda se instala en las noches Dolores Ayala con una carreta. Ella ofrece cebiches de concha, camarón y pescado. O mixtos. “Son efectivos para reponer las energías perdidas en una fiesta”, dice Ayala.
“En Esmeraldas es imposible hacer dieta para bajar de peso porque la comida es riquísima”, comenta entre risas Viviana Martínez. Ella es una esmeraldeña radicada en Estados Unidos, quien está de visita.
Otro plato típico es el ensumacao, compuesto de varios mariscos, maní y coco. Es muy consumido más por los turistas que por los esmeraldeños, pues el plato cuesta USD 13.
Los otros platos
El encocado es otro plato típico de la provincia. Este preparado se hace más con mariscos, pero la gente también lo prepara con carne, gallina y chancho o guanta ahumados. Se acompaña con verde cocinado. Lo piden más los turistas.
Las costumbres en la alimentación que tienen los esmeraldeños vienen de los ancestros afrodescendientes, que vivían rodeados de plátano verde y palmeras de coco. Además, se dedicaban a la pesca como forma de vida, y a la caza de guanta, que es una actividad típica de Esmeraldas.
Las empanadas de verde también están dentro del menú del desayuno de los esmeraldeños. Las empanadas llevan rellenos de queso o de carne de pollo. Se las elabora con plátano cocinado, que luego es molido para hacer la masa y preparar las empanadas.